En diálogo con la cultura digital
El diálogo entre la cultura escolar tradicional y la actual -atravesada por el uso didáctico de las TIC y el aprendizaje de competencias, además de contenidos-, es un tema de interés para los docentes de todos los niveles y contextos. Fue el caso de los educadores de las escuelas N° 20 y N° 42 de la ciudad de Galarza, en Entre Ríos, que participaron del taller Educación digital, coordinado por el capacitador de la Fundación Noble, Hernán Silvosa.
Nuevas formas de representación
Nuevos saberes, prácticas docentes innovadoras, un acceso a la información incomparable al de otros momentos históricos, y, también, otros desafíos, dan cuenta del impacto de la cultura digital en la educación. En ese escenario, la escuela, ¿innova o corre detrás? Para hablar del tema y, en especial, diagnosticar la situación en los propios contextos, la primera actividad que se propuso fue un plenario, en el cual todos los educadores pudieron expresar sus experiencias e ideas.
Una de las conclusiones más firmes del intercambio fue la presencia de nuevas formas de representación en la cultura escolar, porque los contenidos circulan en multiplicidad de soportes, canales y dispositivos.
Ahora, el aprendizaje ocurre entre pantallas: hay prácticas y conceptos que se reformulan, como la lectoescritura. Por ejemplo, el acto de leer no sólo se realiza en los textos escritos, sino también, en audios, videos, imágenes y otras narrativas multimedia. Para ejemplificar y ampliar la idea, se analizó el acceso a la información digital en Google, Wikipedia, aplicaciones y redes sociales. El trabajo se centró en definir posibles estrategias para legitimar y jerarquizar los datos obtenidos, a través de criterios como la actualización de los sitios, la navegabilidad, la estética y la autoría, entre otros.
Innovar o ir detrás
La puesta en práctica de lo trabajado llegó con el armado de una secuencia didáctica que incluía el uso de un recurso digital. Así, en cada equipo se hacía difícil decidirse por uno, porque aparecieron videos, audios, notas, galerías de imágenes, aplicaciones y sitios Web que los educadores ya venían utilizando y recomendaban a sus colegas.
Cualquiera sea el recurso elegido, había dos condiciones para justificar su uso didáctico: el valor pedagógico -es decir, si era pertinente a tal punto que, sin su utilización, la secuencia no sería la misma ni alcanzaría los mismos resultados- y el potencial de interacción con los alumnos -si era comprensible, adecuado a su entorno cultural-.
Desde el uso de redes sociales como plataformas de aprendizaje, mediante la creación de grupos privados, hasta el armado digital de cortometrajes para documentar procesos de trabajo en el aula, las propuestas compartidas en el taller daban cuenta de una mirada positiva y comprometida hacia la cultura digital.
En ese encuentro, se demostraba que, al final, la escuela ni corre detrás ni va adelante de las innovaciones tecnológicas. Está invitada a incorporarlas y aprovecharlas, con un sentido pedagógico.