Selección, jerarquización y tratamiento de la información
¿Cómo sabemos si estamos bien informados? Con esa pregunta comenzaba Los Jóvenes y los Medios, el taller que se llevó a cabo el pasado septiembre en la planta de impresión del diario Clarín. La experiencia, coordinada por una de las capacitadoras de la Fundación Noble, Natalia Usiew, estaba destinada a los estudiantes de cuarto año de la Escuela Secundaria n° 2 «Pablo Pizzurno», de la localidad de Alberti, provincia de Buenos Aires.
La propuesta buscaba ejercitar a los jóvenes en la lectura crítica de las noticias, que reconozcan el valor de la información en la vida cotidiana y reflexionen sobre los mensajes que ellos mismos producen. Por eso, el punto de partida fue una fórmula que, aunque no es matemática, se cumple cada vez que alguien se informa:
Identificar todas las decisiones que un medio toma al publicar una nota es una pretensión compleja, porque en el camino que va del hecho a la noticia, ocurren, a la vez, procesos de selección, jerarquización y tratamiento de la información. Por ejemplo, en qué medida el suceso interesa a la audiencia, la pluralidad de las fuentes consultadas o el efecto de sentido que provoca una fotografía.
En diálogo con los textos
Ningún texto lo dice todo. Por eso, es necesario entrenarse para ser lectores competentes.
Cada texto nos propone un juego de ida y vuelta, y los discursos periodísticos no son la excepción. Asumir un rol activo frente a la información de actualidad es, entre otras acciones, identificar las valoraciones sobre un suceso -a través de indicadores como la extensión, los titulares, la relación con otras notas del medio- o discernir qué enfoque se enfatiza con el uso de tal o cual imagen.
Cuanto mejor lectores, mejor productores de información. Y al revés: conocer y experimentar las estrategias de producción de contenidos también favorecen la lectura crítica. Por eso, durante la segunda parte del taller, cada equipo elegía qué formato -propio de la narrativa periodística en la Web- desarrollar: noticia digital, infografía interactiva o galería de imágenes. Así, plantearon la cobertura de la Semana de la Juventud, un festival cultural con tradición en Alberti.
Al cierre del encuentro, la capacitadora volvió a preguntar: “Entonces, ¿para qué sirve estar informados?”. Las respuestas no se hicieron esperar: «para conocer lo que pasa», «tener distintos puntos de vista» y hasta «tomar decisiones», dijeron los jóvenes.
Lectores exigentes
Quedó claro el rol de los lectores, exigiendo información de calidad -precisa, completa, plural-. El objetivo del encuentro se había cumplido. Pudieron experimentar la información como el ejercicio de un derecho que nos empondera, nos vuelve ciudadanos con autonomía y nos permite ser parte activa en la comunidad donde vivimos. Sucedió en un contexto de aprendizaje, cuando veinte chicos se dedicaron a pensar, en serio, cómo sabían si estaban bien informados.